Metodologías ágiles como respuesta rápida ante los cambios
El gran éxito de implementar metodologías ágiles en proyectos de cualquier tipo, recae en su rápida adaptación al cambio, la cual ofrece integrar más funcionalidades a un producto final sin afectar la calidad o el resultado.
Pero las metodologías ágiles no funcionan si no existe una “Cultura Agile” dentro de la organización, pues ésta forma de trabajar requiere que las personas asuman retos y desafíos, lo que genera un ambiente de cambios constantes que, en algunos casos, las personas no están dispuestas a aceptar.
Según el reporte anual del Digital, llamado State Of Agility Report, reveló que el 95% de las empresas utilizan metodologías ágiles, siendo las áreas de desarrollo de software, y TI las que más implementan esta forma de trabajo para la ejecución de proyectos.
Fuente: State Of Agility
Contar con un equipo de Agile dentro de la organización aumenta los beneficios para el equipo y para la empresa, teniendo como resultado un producto más estable y seguro en lapsos de tiempos menores, lo que aumenta la rentabilidad de la empresa en cuanto la puesta en marcha de algún proyecto.
¿Cambios? No hay problema
Una de las mejores virtudes de la agilidad, es la capacidad para adaptarse a los cambios. Un desarrollo en metodología cascada no permite agregar funcionalidades al software una vez empezado el proyecto, a diferencia de la agilidad, que permite agregar funcionalidades con el paso del tiempo sin tener la necesidad de detener el avance.
Para las empresas es ideal poder modificar el producto una vez empezado el proyecto, ya que comúnmente se revelan nuevas necesidades que deben ser implementadas en durante la creación.
El desarrollo ágil permite un desarrollo evolutivo, con la finalidad de entregar un producto mínimo pero que este sea funcional y viable, con la finalidad de incrementar su valor de forma continua lo que le da una visión más clara al equipo y dueño del producto hacia donde va dirigido el proyecto.
Jesús Fuentes – Apiux